lunes, 4 de abril de 2011

PROPÓSITO

“Nada puede ayudar más a una persona a superar o soportar los pesares que la conciencia de tener una tarea en la vida” Víctor Frank.

Encontrar el motivo por el cual nos encontramos aquí le da sentido a nuestras vidas, desde que tenemos uso de conciencia y desde antes estamos en la búsqueda de construir nuestras vidas, sólo es necesario observar las acciones de un niño pequeño para revelar ya un camino en el que iniciamos nuestro recorrido y vamos tomando del medio lo que deseamos como cuando vamos al supermercado, colocamos en nuestro carrito aquello que nos parece útil y conveniente.  
Durante toda una vida vamos construyendo lo que somos y tenemos la posibilidad de hacer los cambios y transformaciones en la marcha con el ánimo de ser y de construir a través de nosotros un propósito existencial. Darnos cuenta de la existencia de ese elemento espiritual y fundamental que conforma nuestro ser y descubrir a través de las relaciones con los demás  que la vida va más allá de la muerte porque lo que hacemos perdura por siempre con nuestras acciones, actitudes, ideas, filosofías daremos inmortalidad a la vida, Jesús, Buda, Alá aún viven, allí están vivos para todos nosotros a través de su legado, podemos tomar de ellos lo que deseemos y son el ejemplo que nosotros podemos considerar para que nuestra vida tenga un sentido trascendente y nuestras ideas y  acciones sean el camino que recorremos día a día y que al buscar la iluminación y desarrollo personal nos llevará a encontrar esa razón vital y sustancial  por la que estamos aquí.
La sensación de que nuestra vida fluye y si  tenemos la certeza de que los sucesos forman parte de la vida, que la armonía es la resultante y que todo sucede para algo y no por algo, nos dan un indicio de ir en un camino transformador. Cuando tenemos una conexión con el conocimiento que nos permite tener la certeza de encontrar en cualquier momento la respuesta y así nuestras acciones se desarrollan con naturalidad y certeza, cuando sabemos que Dios nos observa porque dentro de nosotros tenemos las respuestas que nos permiten actuar en la búsqueda del equilibrio y el amor propio, podremos aseverar que un sentido a nuestra vida hemos desarrollado.
Una vida con propósito nos lleva en la dirección que nos permite identificar que la abundancia va más allá de los bienes obtenidos, que son importantes porque su uso podrá influir en lo que impacte a mí alrededor y a quienes de una u otra forma podamos ayudar. Encontramos que servir se convierte en la senda que podremos recorrer y nos lleva a la construcción. Dar con amor es hacerlo sin esperar nada a cambio.
André Gide dijo: “La posesión completa solo se demuestra dando. Todo cuanto no podemos dar nos posee”
Si podemos crear cambios en nuestras vidas y volver posible  lo que antes era imposible a través del crecimiento individual y el de quienes tenemos a nuestro alrededor, si tenemos la firme idea que cambiar es posible sólo deseándolo, encontraremos un propósito y un camino a recorrer que otros han transitado y que sólo requiere de nuestra voluntad y deseo para lograrlo. Podremos ser alumnos de cualquier maestro y podremos ser maestros para cualquier alumno que así lo desee.
Namasté,
Gabriel Orozco Gutiérrez, Santo Domingo 4 de abril de 2011

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