miércoles, 22 de junio de 2011

EXPRESÁNDONOS


Al principio todos los pensamientos pertenecen al amor. Después, todo el amor pertenece a los pensamientos Albert Einstein

En muchos de los adagios populares encontramos referencias a las expresiones y los usos que les damos a nuestras palabras y podemos encontrar que ellas describen con certeza nuestro estado actual y nos ofrece la oportunidad de crecer; si reflexionamos en ellas podemos generar nuevos paradigmas en nuestras actividades cotidianas y transformaran nuestra vida con sólo efectuar cambios sutiles y sucesivos. El saludo es un ejemplo del ánimo que le ofrecemos a los demás, como nos sentimos, porque esas palabras describen como nos encontramos y la disposición general que ofrecemos a nuestra cotidianidad. Si hacemos una breve reflexión de que pensamos, que decimos, cómo lo decimos y los ademanes que usamos, podemos preguntarnos si ello corresponde a lo que deseamos en nuestra alma para nosotros y si refleja la felicidad que deseamos mantener.
Nuestros pensamientos son realidades que de poco a poco construyen nuestras vidas y la repetición sucesiva de ellos se convierten en hábitos que se traducen en acciones y nos muestran lo que somos, Dios ha puesto a nuestra disposición todo lo que podamos desear, depende únicamente de nosotros hacer que sea posible y recorramos el camino soñado.
Cuando fijemos nuestros pensamientos en nuestro interior y nos aseguremos de encontrar dentro las respuestas deseadas, dejaremos de centrarnos en nuestro cuerpo e iremos en la búsqueda de ser mejores a través del conocimiento que está allí y que no podemos ver, tocar ni percibir, pero si lo podemos sentir, soñar, imaginar y desear llevándonos por un camino de trascendencia, las expresiones que usaremos serán las acordes a nuestros pensamientos y deseos, ya sabemos en el fondo de nuestro pensamiento cuales son y los consejos serán palabras necias a oídos sordos.
Hoy deseo, hoy pienso, hoy soy lo que deseo y pienso y en mis manos está el deseo y el pensamiento.

 Gabriel Orozco Gutiérrez, Santo Domingo Junio 22 de 2011.

sábado, 4 de junio de 2011

TOLERANDO

Todo chiste, en el fondo, encubre una verdad.
Sigmund Freud

La verdad es totalmente interior. No hay que buscarla fuera de nosotros ni querer realizarla luchando con violencia contra enemigos exteriores.
Mahatma Gandhi


Quien aprende, no por ello penetra hasta la verdad; quien penetra hasta la verdad, no por ello es capaz de afianzarla; quien la afianza, no por ello está en condiciones de sopesarla en cada circunstancia particular.
Confucio


Cosa del cielo es poseer la verdad, cosa del hombre es buscar la verdad. Quien posee lo verdadero acierta lo justo sin esfuerzo, logra el éxito sin reflexionar.
Confucio

Es sin duda este valor el que predomina y lo hemos convertido en el paradigma para nuestras relaciones, tolerando obtenemos de los demás su opinión completa y podrá convertirse para nosotros en una alternativa de complemento a nuestras propuestas, hemos de  recibirla completamente sin calificaciones y de acuerdo a nuestros principios y filosofías podremos tener puntos de encuentro y diferencias que analizadas nos permitirán crecer e ir en la búsqueda del conocimiento y aceptar que la universalidad nos es propia y encontraremos allí un espacio de contemplación con el propósito de hacer de nuestros congéneres la contraparte de lo que somos, pensamos, aceptamos y soportamos.

La tolerancia está relacionada directamente con el concepto de la verdad, pero ¿Cuál es la verdad? Estimarla como diversa nos ofrece la oportunidad de encontrar que lo que hoy es un paradigma mañana podría ser otro, podemos aceptar que las verdades son complementarias que dependen de nuestra aproximación y no sólo del concepto, es posible aceptar ideas ajenas así ellas parezcan ir en contravía de nuestros conceptos, las diferencias entre los seres humanos es evidente, no existe diferencia espiritual entre todos somos uno y accedemos a la misma fuente vital que nos provee del conocimiento, la acción que tenemos ante esas diferencias podemos mitigarla con nuestra unidad espiritual, cuando aceptamos con Amor y pasión que en la diferencia se encuentra el complemento de nuestros pensamientos, que la base de la tolerancia comienza cuando practicamos de manera continuada y permanente el respeto por el otro y la resultante final nos acerca cada vez más a mantener nuestra felicidad y proveernos de paz interior.

Si por un momento imaginamos que cada  uno de nosotros es un componente del universo como lo es una célula de nuestro cuerpo, seremos similares a las demás células con funciones diferentes de acuerdo al órgano que formamos parte, somos millones iguales y diferentes a la vez, abordar desde una óptica diferente lo que posiblemente somos nos presenta el reto de que tolerándonos, construiremos nuestros sueños.

Gabriel Orozco Gutiérrez, Santo Domingo 4 de junio de 2011